Glorioso Dios Nuestro Señor,
que a todos los que a Ti acudimos
con fe en nuestra alma
y grandeza y sinceridad de corazón
das solución a nuestras penas y necesidades,
escucha hoy mi súplica:
Oh, Jesús, Pan Vivo bajado del Cielo,
¡Cuán inmensa es tu bondad!
Para sostener nuestra fe
en la Presencia Real de tu Cuerpo y de tu
Sangre;
de tu Alma y Divinidad
en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía,
te dignaste cambiar totalmente,
con un Milagro
inaudito,
las especies consagradas del Pan y el vino
¡En Carne y en Sangre!
Aumenta cada día nuestra fe en ti, Señor,
presente en el Santísimo Sacramento.
Haz que, ardiendo de amor por ti,
vengamos a buscar, solo a tus pies:
la fortaleza en los peligros, en las
necesidades
y en las penas y angustias.
(Hacer la petición)
Oh, divino prisionero de nuestros
Tabernáculos,
Oh, inagotable Fuente de toda gracia:
Excita en nosotros el hambre y la sed
del Alimento Eucarístico a fin de que,
según tu Palabra, gustando este Pan Celeste,
podamos disfrutar la verdadera vida
ahora y siempre.
-AMÉN-
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